Estoy cansado de hablar de mí.
Me quiebro de tanto encerrarme en mi consciencia y de jugar a brujo intentando adivinar si mis besos mañana no estarán salpicando tus labios.
Como veis, me canso de hablar de mí…
Quedamos, hablamos y jugamos a hacer brujería sobre nuestros sexos.
Nos enterramos sobre tela y torturamos un colchón.
Como ves, me canso de hablar de ti…
¿Por qué te hablo y te escribo cuando tengo que conquistar el portal de tu casa y dejo huérfano el tuyo?
Porque quizá ya me he cansado de ti…
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