Ratones, teclas y amores

Sonidos que acompañan al pulsar mi teclado, sonidos característicos de sus membranas, que al pulsar ciertas combinaciones de teclas pueden cambiar mi estado de ánimo.
Miedos que vienen del pasado, miradas que brillan por si solas tras cientos de kilómetros.
Allí estás, tan lejos tan distante, tan a mi lado…
Tanto calor desaprovechado, pirómanos de bosques de amores.
Causas por la que luchar, mi sonrisa ya no será igual después de tantos años.
Y solamente deseo ese instante en el que mis susurros cabalgarán por los cartílagos de tus orejas hasta que percibas un suave te quiero.
Ese momento en el que la fragancia de tu pelo me emborrache, me emborrache de amor.
Momento de espera, será intensa, nos lo merecemos después de tantos tropiezos por esta vida, en un mismo segundo haremos que todo se pare cuando nos miremos a los ojos y toda la espera termine.
La palabra miedo cambió de significado…

Luces en la tormenta

Tantos caminos que hemos andado, tantas voces que aún recorren en constante reverberación por mi cabeza, todo lo que me habéis dado es insuficiente.

Ya no quiero oir risas, ya no quiero ver vuestra complicidad a veces hasta forzada, ni compartir vuestros momentos más felices, pues solamente soy como vuestro espejismo en el que ni siquiera me veo reflejado.

No soy imprescindible, no os engañéis, vuestras mentiras ya las ahogué en cien lagos de lágrimas mientras trataba de escapar en una balsa de esperanza.
Ahora voy por el camino solo, he abandonado las sombras que lo único que me hacían era compañía sin ninguna aportación que frío.

Qué buscáis de mi? Solamente mi humor? Que sea el único que os escuche? Que en plena fase de nuestro éxtasis artificial sea el único que implante un poco de surrealismo y cordura a la vez?

Yo necesito algo más y no pienso pararme, lo buscaré aunque sea en un aparato electrónico.
Y no, esto no es tan helado como lo pintan, la frialdad viene desde vuestros ojos, y no de mi pantalla.