domingo, febrero 26, 2006

Te gustaría saber

Donde quieras que estés, te gustaría saber que ya me he olvidado de ti.
Que mi imaginación ya no da rienda suelta a soñar durante algún segundo de los minutos de mis horas pensando lo que podíamos haber alcanzado.
Te gustaría saber de que ya no estoy condenado en aquella celda enganchado a
grilletes de lamentaciones.

Camino sin más dilación, quizá arrepentido de aquellas horas y tiempos muertos que tú decidiste darme, aquellos regalos que nada más que fueron espejismos reflejados en algo que nunca existió y que nos engañamos a nosotros mismos para ponernos a prueba de que sabíamos amar, aunque el mar con sus olas nada más dejaron espuma, que al pisarlas en mis largos paseos por la orilla, notaba un escalofrío en mi nuca, que me sabe a impotencia por no haber compartido esos momentos contigo.

Donde quieras que estés, te diré que no volveré a ver tu sonrisa nunca más, y que en mis recuerdos vivirá eternamente, aunque tú hayas muerto y te fuiestes sin despedirte, tal vez nunca viniste a mi y lo nuestro fue una novela melodramática que en nuestra dejadez no quisimos ponerle fin, quizá porque se nos llenó todo de borrones por el hastío de lo nuestro.

Donde quieras que estés no te gustaría saber que te enterré, tú quisiste morir a manos de ti, y ni siquiera ya nadie se acuerda de dejar flores en tu tumba.

Texto a raíz del comienzo de
"Donde quieras que estés"
por Eugenia Herrera.

domingo, febrero 19, 2006

Efecto bola de nieve

Andar en círculos, intentando atrapar a mi sombra, para escupirla.
Por qué me sigue?
Es como una razón de vivir, tratar de ahuyentar los viejos fantasmas.
Tratar de rebuscar en esos sueños débiles y tan delicados llenos de fantasías la posibilidad de volver tras esa esquina y reencontrarte con el futuro dictándote la salida a esa historia que tanto te reconcome por dentro, historias rotas por nuestras propias manos, algunas aún no las hemos terminado de crear, pero el tiempo se encarga de llenarlas de polvo y esconderlas en cajas con etiquetas, para que el olvido no nos haga sentirnos culpable de nuestros actos.
Reorganizar nuestras vidas subidos siempre en el cajón de segundo puesto, perdedores, pero con medalla de plata, según como se mire el vaso.
Lo importante es participar?

viernes, febrero 03, 2006

Blanco

-Oiga!, qué hace? Esto no es una pista de karting! Vamos, va.
-Perdí el avión.
-Eh?
-Que perdí el avión.
-Bueno, al mediodía hay otro.
-Sabe lo que pasa? Yo quería ese…


Todas las azafatas van al cielo. A ese país de morisquetas, pantomimas, sonrisas medidas y bandejitas recalentadas. Y yo me quedo otra vez solo en el blanco. Porque blanco debe ser el color de la muerte, blanco idiota, insulso. Blanco que no hay nada.
Será esto la muerte? No, esto no es la muerte. Esto es el cielo, el cielo de las azafatas.

Texto extraido de la película "Todas las azafatas van al cielo"