domingo, febrero 11, 2007

Almohadas desterradas

Mis dedos perdidos entre tus rizos
tu lengua encontrándose en mi boca
rompiendo con lo material en una cama
los muelles al borde del suicidio
el fantasma bicéfalo de las sábanas, despojado de sus cadenas
sudor tembloroso con sabor a nitroglicerina
a la mínima onomatopeya, nos prendemos fuego.

Te juro por Dios que esta noche cuando mis labios coronen el castillo erecto de tus senos, lo secuestro.

Te juro por Dios que esta noche te llevarás de recuerdo gomaespuma en tus uñas.

Que esos pedacitos sean de prestado, quiero que mi cama vuelva a hablar sin palabras.

¿Mi corazón te lo envuelvo o te lo llevas de prestado?

No hay comentarios: