domingo, octubre 12, 2008

Otoño por siempre




El parque cambia de color. Los verdes sólo existen en las fachadas de los pisos que le hacen chaflán. Los grises, los árboles deshojados y los columpios solitarios, predominan a su merced.

Y yo me pregunto si nosotros también.

Porque caminando contigo, me mienten tus verdades y me gritan tus silencios.
Arrastradas mientras tanto, el aire a las hojas hasta elevarlas sobre nuestras rodillas.

Hablo, y converso contigo o con los restos de antaño.

No sé si lo que pienso fue algo idealizado, enamorado de un pequeño atisbo de sol en mis largos otoños, o si en realidad fuiste caldera que ahora decora un rincón.

Las hojas ahora son mancilladas por tus zapatos, haciéndolas agujerear y pegarlas a ti.

-¡Viento, libérame!

La hoja espetó.

-¡Viento, libérame!


Grité yo.

No hay comentarios: