domingo, diciembre 17, 2006

"Lo siento, yo tengo la culpa"

Vivir sin tener a los que quieres cerca, es una tortura que se hace más retorcida cada vez más por el miedo. No se puede estar siempre disculpándose, ni callar por miedo a joderla de nuevo.

Y el caso es que quizá no tenemos la culpa y detonamos el dispositivo de culparnos a nosotros mismos el daño que se les hace a las personas que queremos. Es más fácil sacar del bolsillo el dedo acusador y dirigirlo contra nuestro pecho, con dagas de la talla de: que si somos demasiado exigentes, que si somos demasiado posesivos, que si pedimos demasiado…

Y en el fondo la venda del amor no nos deja ver que lo único que queremos es que sean la mitad de generosos que lo somos con ellos, que de vez en cuando ya que los abrazos y los besos aún no corren por fibra óptica, nos hagan sentir nuestra pequeña recompensa, como el perro que busca una propina al hacer un buen trabajo.

Porque es lo que hay en el fondo de todo ser humano, ser compensado.
Y las compensaciones vienen de mil formas como incluso la satisfacción propia sin pedir nada a cambio, pero si no funcionara esa química en nuestro cerebro de que un acto de generosidad regalado a los nuestros sería en vano, no se acumularían tantos de ellos que al final crees que son inservibles, y cojones, si no le vas a darle utilidad, agradecerlo sin la necesidad de devolverlo.

En definitiva, que no se trata de un acto de egoísmo, se trata de un acto de desgaste por un ofrecimiento que no ha servido para nada y las orejas del fracaso y del despecho son muy puntiagudas y a veces se ven a kilómetros.

2 comentarios:

Siboney dijo...

Un mea culpa...never again!

Bo natal e feliz anninovo!!

Bicox

Black Swan dijo...

Nunca mais!!!! XDD

Feliz Navidad y próspero año nuevo. Ya hablaremos. ;)